Se trata de las Playas de las catedrales, un lugar que os recomendamos visitar por su belleza natural.
Antes de ir os aconsejamos que os informéis bien del horario de las mareas, ya que se ha de visitar con mareas bajas para poder disfrutar de las preciosas formaciones rocosas del lugar. Si vais con mareas altas, sólo podréis contemplar las vistas desde la parte alta de la playa, cosa que también debe de ser precioso, pero incomparable con el paisaje que se percibe a pie de playa.
Los arcos, cuevas, “piscinas naturales”, etc… que se forman son dignas de ser visitadas. Un lugar paradisíaco en el que te sientes pequeño, debido a la grandísimas rocas que la componen y en las que se pueden ver percebes, mejillones, lapas…
Es aconsejable ir en chanclas o con calzado playero y si puede ser con ropa cómoda para poder sortear las numerosas charcas y zonas con agua que se han de pasar para poder ver toda la playa. Nosotros no pudimos acceder a una de las partes por ir con ropa “dominguera” y la verdad que nos arrepentimos.
La playa es bastante larga y, como consejo, no llevéis la memoria de la cámara muy ocupada porque allí os vais a hinchar a hacer fotos.
Lo ideal es ir a comer allí, llevarse un picnic y hacerlo en el merendero que se sitúa junto a la bajada a la playa. También hay un bar, para comer, tomar un café, etc…
La zona de parking está junto a la playa, aunque cuando éste está lleno te hacen aparcar a unos 500m. del lugar. No os preocupéis porque es fácil llegar. Está muy bien señalizado por la autovía.
Un espacio natural que no debéis dejar de visitar si viajáis a Galicia.