Hola a todos, amantes de los buenos lugares.
Después de estar unas semanas desconectado de este mundo, vuelvo con energía a compartir bellos lugares visitados en nuestro viaje a Galicia.
Hoy toca el turno a Muxía, una población que nos trae desagradables recuerdos, a todos, por el desastre provocado por el petrolero “Prestige”, pero no por ello deja de ser una encantadora villa de la Costa da Morte donde disfrutar de su entrono y sus amables gentes.
Al llegar aparcamos el coche en el puerto y nos dispusimos a caminar por el paseo que nos llevaría al Santuario de la Barca. Disfrutar de ese entorno, el aire puro que venía del océano, las vistas de la costa… todo fue un regalo para nuestros sentidos.
Del camino destacamos los secaderos de congrios que allí yacen. Son de los pocos que quedan en Galicia y creo que aún siguen funcionando.
Tras caminar alrededor de 1km llegamos al Santuario. Nos quedamos sorprendidos al ver lo cercano que estaba de la costa. No pudimos entrar pero desde la puerta se puede ver el interior de la iglesia.
También vistamos el monumento que AENOR regaló a Muxía como apoyo a la catástrofe, antes mencionado, del “Prestige”. Es un monolito que da mucho juego a la hora de fotografiar. Al estar en alto se obtienen muy bellas imágenes del santuario.
Justo en frente de la iglesia podemos ver las famosas piedras de Muxía. La Pedra do Cadrís, La Pedra do Timón o la Pedra de Abalar se consideran piedras milagrosas y son objeto de numerosas ofrendas. A Pedra do Cadrís, bajo la que deberán pasar 9 veces los afectados por reuma; A Pedra de Abalar, que produce un sonido misterioso en determinados casos (inocencia ante la acusación, naufragio, infidelidad…); y A Pedra dos Namorados, donde se sientan las parejas a desearse amor eterno.
Un lugar donde se mezcla lo religioso con lo místico y que no debemos dejar pasar. Muy recomendable la visita a Muxía.
LOCALIZACIÓN: GOOGLE EARTH / STREET VIEW